lunes, 19 de septiembre de 2011

Caixa Forum


Esta vez la visita fue en plaza España en el caixa fórum  para ver las exposiciones de "La belle epoque" y la exposición Jaume Carbonell 1942-2010. La visita fue un viernes por la mañana, tuvimos  que ir directamente a Garcilaso con otro grupo. Vimos la película de "Chico & Rita", una película bastante buena. Lo que más me gusto fue la historia y sobre todo en una de las escenas finales en que enseñan que el Ramon está muerto. En fin, volviendo al tema de la salida, después del descanso de las 10:30 cogimos el metro en la Sagrera L1-L5 del metro de Barcelona fuimos de la Sagrera hasta Plaza España, y al llegar entramos directamente a las exposiciones, la visita fue por libre no fue guiada como en algunas otras salidas.
La primera exposición fue "La Belle époque", es una exposición que muestra una especie de expresión que distingue las últimas décadas del siglo XIX y primeras del XX, que es un periodo de agudo crecimiento económico que se enmarca por la guerra Franco-prusiana y la primera guerra mundial. En esta época es cuando se produce un profundo cambio que altera las convenciones estilísticas del arte de pintar. Uno de los cambios es el marco de las relaciones que enlazan al pintor con su público y su mercado.
En la historia del arte de "La Belle époque"  la visión más generalizada es destacada por el impresionismo y el postimpresionismo, las vanguardias del siglo XX como columna vertebral del cambio.
Esta exposición ha sido coproducida con el consorcio de museos de la comunidad valenciana, y aborda distintos aspectos del retrato para reflejar el tránsito desde un estado de ánimo inicial, triunfal y confiado, propio de los primeros años.
La exposición se distribuye en nueve capítulos:
1-      Los autorretratos: Testimonía la importancia de la conciencia subjetiva, raíz del artista moderno, y la voluntad de reafirmar  la propia imagen ante el mundo  circundante.



2-      Los relatos de la ciudad: La fuente principal de encargos para los pintores era el llamado retrato de sociedad que tenían la finalidad de representar  la posición social de las personas retratadas.

3-   El temperamento y el carácter: Un rasgo característico de la época fue el empeño en penetrar en lo esencial de la personalidad del retratado, en mostrar un retrato que reflejara ciertos aspectos de su carácter, como la confianza, la jovialidad, la mundanidad, la sensibilidad o la respetabilidad.  

4-  Los retratos de grupo: Al amparo del naturalismo dominante de la época, a veces, pintores y retratados intentaban emular el paradigma del retrato de grupo del siglo XVII, cultivado por pintores como Velázquez y Rembrandt. La familia de la persona retratada adquirió protagonismo.

5-   Los ambientes y las conversaciones: Como sucede en la literatura, al profundizar en el carácter o la personalidad del retratado, la pura descripción física resulta insuficiente. El contexto, la atmósfera del momento en que se pinta, aporta una lectura más profunda, que da sentido al retrato y permite vislumbrar el espíritu de la persona retratada.

6-  Touluse – Lautrec: Toulouse-Lautrec centró su interés en captar pictóricamente los gestos y las expresiones de los personajes de su tiempo durante las noches parisinas, que retrataba con afán testimonial a la manera de la novela naturalista.

7-   Los retratos al aire libre: Además de reflejar los nuevos estilos de vida, el retrato al aire libre concilia el género con una de las exigencias fundamentales del naturalismo: el apunte del natural, que pone en valor la espontaneidad y la inmediatez en la representación del instante en que se capta al sujeto.

8-  El retrato como símbolo: El interés por penetrar en la psicología del retratado o por trazar una evocación atmosférica del sujeto encuentra una prolongación natural en el simbolismo. Frente al positivismo de la representación naturalista, la espiritualidad, la fantasía y el onirismo ofrecían nuevas fórmulas para reflejar en el retrato las inquietudes del espíritu humano.

9-   La Crisis: En los años previos a la guerra, la amargura y el desánimo, unidos a una visión trágica de la vida, derivaron el retrato hacia temáticas de miseria y soledad. En una reacción contra el decadente espíritu positivo, el expresionismo planteó la distorsión emocional e incluso irracional de la realidad, para reivindicar la libertad subjetiva del artista.

Lo que más me ha gustado de la exposición es el impresionismo que tienen los cuadros


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