Ruta por el Ensanche de Barcelona

El ensanche (L’eixample) surgió en el siglo XIX, después del derribo de las murallas (1854-1856).

Empezamos la ruta, fuimos de Vilapicina a Maragall para llegar a Girona, habíamos quedado con la guía en el parque de la Torre de les Aguas. Al venir la guía nos empezó a enseñar uno de los primeros planos del barrio del Ensanche y la idea del plan Cerdà. Estuvimos recorriendo algunas calles, como las calles Girona y Bruc. Pasamos también por el pasaje Permanyer viendo las casas diferentes a las del resto del Plan porque son casas individuales. algunas de ellas son pequeñas oficinas y otras son casas de propietarios, el suelo es diferente al resto del Plan del Ensanche.

El pasaje Permanyer.

De ahí nos fuimos al Paseo de Gracia para ver algunos edificios, como la casa ametller o la fachada de la casa Batlló.

El Paseo de Gracia:

Antes era el camino para ir a Gracia.Era un lugar por donde habían huertos en ambos lados. El nuevo paseo inaugurado en 1827 tenía 42 metros de ancho y fue el lugar favorito de la aristocracia para exhibir sus habilidades en el arte de montar a caballo y sus coches lujosos, durante todo el siglo XIX. Por esta época el Paseo era uno de los lugares de recreo más conocidos de la ciudad, con cafés, restaurantes, salas de baile, atracciones y teatros. Este paseo había de ser un eje determinante en el proceso de instauración del proyecto del Ensanche de Ildefons Cerdà, entre los años 1860-1890.

Hoy en día es la avenida principal de Barcelona y una de las avenidas más famosas de España, debido a su importancia turística, áreas comerciales, negocios y un gran escaparate de destacadas obras de arquitectura modernista, como las edificaciones de los arquitectos Antoni Gaudí y Lluís Domènech i Montaner, declaradas Patrimonio de la Humanidad. En el Paseo de Gracia al lado de la casa Milà acabo la ruta.

El Ensanche:

En 1855 el Ayuntamiento de Barcelona, pese a que no había intervenido directamente en él, considera inicialmente el proyecto deL ensanche diseñado por Ildefonso Cerdà. El plan define una ciudad jardín con grandes espacios abiertos, los edificios, de sólo tres plantas están muy distantes entre sí separados con anchas calles y no existe diferenciación entre clases sociales al ser todas sus calles iguales. Este cúmulo de circunstancias provoca que la burguesía de la época considerara su propuesta como un despilfarro de terreno, existiendo un claro conflicto de intereses entre las partes. Las protestas de esta burguesía y su indudable influencia política hace que el ayuntamiento dé marcha atrás y rechace el plan inicialmente aprobado.

La ideología del Plan Cerdà:

Cerdà considera en sus proyectos la necesidad de que las ciudades estén hechas para las personas y plantea sobre todas las cosas los problemas de salud, no limitando a este término la salud física, sino yendo más allá en este concepto, planteando propuestas que tienen en cuenta la salud mental y social.

En estas cuestiones plantea la necesidad de que los edificios estén convenientemente separados entre sí y que no tengan más altura que la anchura de las calles en que se encuentran, justificando esto por la necesidad de que el sol entre en todas las calles sin el impedimento de los propios edificios, es en este punto donde llega a la conclusión de que las calles han de tener 20 m de ancho y que la altura de los edificios no debe sobrepasar los 16 m.

Geometría del Ensanche:

La gran extensión de terreno que corresponde al Ensanche de Cerdá, desde Montjuïc hasta el río Besós y desde los límites de la ciudad medieval hasta las antiguas poblaciones vecinas, está concebida como una cuadrícula regular formada por los ejes longitudinales de sus calles, separados entre sí por una distancia de 133,3 m, la regularidad de esta cuadrícula es imperturbable a lo largo de todo el trazado urbano y está justificada, una vez más, en términos de igualdad, ya no tan solo entre clases sociales, sino en la comodidad del tránsito de personas y vehículos, ya que de este modo, tanto si se circula por una vía como si se hace por sus transversales, los cruces entre ellas se encuentran a igual distancia, y al no existir unas vías más cómodas que otras el valor de las viviendas tenderá a igualarse.